domingo, 17 de julio de 2016

Y Otro Aniversario!!

Aquel día del mes julio me encamine tempranito a la prefectura de Heres en Ciudad Bolívar.

La cita era para las 9 de la mañana.No puedo negar que me encontraba sumamente nervioso e inquieto.  La noche anterior mis compañeros de trabajo me habían hecho un agasajo, mi despedida de soltero, y no era para menos.... ¡Estaba a punto de dar el paso mas importante en mi vida! Yo un soltero empedernido de 30 años, hacia algo mas de 60 días le había pedido matrimonio a esa espectacular muchacha que hasta ese día había sido mi  novia.

 Fue un momento muy simpático, por no decir jocoso. Estábamos en la recepción de la boda de una cuñada, y Lesbia de pronto exclamo "Hay que lindos que se ven!" Seguida de una (no se si fue pregunta o indirecta, nunca se lo he preguntado): ¿Cuando nos tocara a nosotros?" A lo que yo le replique: "¡No se!¡Yo estoy esperando que tu me lo pidas!" Ambos echamos a reír y luego de un rato, me puse serio y le dije. "El lunes vamos a la prefectura y averiguamos que se necesita." Aveces pienso que ella se tomo aquella declaración como una de mis tantas bromas, ya que aquel lunes, pasamos por la prefectura y luego de una pequeña charla, para sorpresa suya cuadramos la boda civil para el día 15 de julio. Corría el año de 1992 y teníamos ya mas de dos años de noviazgo.

Todo salio a pedir de boca, fueron testigos Papa Gabriel y Mama Carmen, Mi Hermano y Compadre Augusto Sanchez y su esposa, Ana Bisoilia Torres, Y por supuesto Nuestro pequeño Gabriel Jose. Quien nunca se aparto de nosotros.

Luego tendríamos que esperar hasta el 5 de septiembre, algo mas de 45 días para nuestra Matrimonio  Eclesiástico que se efectuó en Barquisimeto pero ese es otro cuento muy bonito que ya les relatare.

De Momento Feliz aniversario Civil. ¡¡Te Amo Lesbia Bella!!


Seguimos Igualitos ¡¡¡¡Ah Nevera pá buena!!!!

De Soledades y Silencios.

Los seres humanos somos por naturaleza gregarios. Son raros y aislados los ermitaños y solitarios. Por norma general nos desenvolvemos a lo largo de nuestra vida en núcleos sociales, conviviendo con nuestros congéneres.

Pero en algunas ocasiones para cumplir con compromisos laborales y profesionales, muchos de nosotros nos vemos en la obligación de separarnos de nuestro núcleo familiar y social.

En mi caso tengo que ausentarme de la casa por largos periodos de tiempo, e ir a trabajar en sitios distantes. Muchas cosas ocurren durante estas ausencias, pero las dos peores son la soledad y el silencio.

La soledad por un lado, es opresiva, a pesar de que durante el día te encuentres rodeado de compañeros de labor, al llegar la noche tienes que enfrentar el hastió de no tener a tus seres amados a tu lado.

Por otro lado esta el silencio, no poder comunicarse constantemente con quienes uno ama y que son parte importante de nuestro ser, llega a ser opresivo e irritante.

Pero en medio de estas presiones siempre hay un recurso que nos alivia y conforta, ¡El Amor! Solo con la fortaleza que nos da ese sentimiento maravilloso es que podemos superar estas vicisitudes y llegar a salvo al final del viaje.

Acudo entonces ami valija de recuerdos gratos (y no tan gratos) Escojo uno y lo rememoro y  me enfoco en ese momento, saboreando cada instante y dando gracias a Dios por permitirme vivir de nuevo esos momentos, agradeciéndole la dicha inmensa de formar parte de una familia y de que esas Soledades y Silencios sean solo temporales.... porque se muy bien que esto también pasara.